ARN mensajero: ¿la tecnología del futuro?

De acuerdo con los expertos, la tecnología denominada de ARN mensajero presenta numerosas aplicaciones potenciales frente a varias enfermedades, entre las que se encuentra el cáncer. Más allá de la Covid-19, una nueva generación de vacunas empieza a abrirse paso.

¿La crisis sanitaria tendrá un papel revelador? Sesenta años después del descubrimiento del concepto, el ARN mensajero podría trastocar los códigos de la medicina moderna. Totalmente inédita, esta técnica de vacunación no se basa en la inoculación de un virus inactivado o atenuado. Tampoco se basa en la creación de una proteína o de un antígeno. Se limita a transportar informaciones genéticas propias de la enfermedad relevante. Una vez inyectado, el “mensajero” permite a las células fabricar por sí mismas una proteína específica. En contacto con dicho “mensajero”, el sistema inmunitario produce de manera automática los anticuerpos correspondientes. En definitiva, el ARNm pone al organismo a trabajar. Le indica cómo defenderse frente al virus.

Más rápido, más sencillo y menos costoso

La tecnología presenta diversas ventajas nada desdeñables, en especial en términos de tiempo. Al contrario que los métodos tradicionales, no requiere cultivo en laboratorio (células, huevos…). Han transcurrido menos de sesenta y seis días entre la secuenciación del genoma completo del nuevo coronavirus y las primeras pruebas realizadas en humanos. Un año después de la aparición de los primeros casos en China, se utilizan actualmente a gran escala dos vacunas de este tipo. Un récord de rapidez absoluto. En términos proporcionales, la vacuna contra el Ébola ha requerido cinco años de trabajos antes de su puesta a disposición. En el transcurso de la última década, se ha estimado que el periodo medio de desarrollo de las 21 vacunas aprobadas por la FDA era de ocho años, de acuerdo con la revista médica JAMA.
Otro beneficio importante: las vacunas basadas en ARN mensajero se pueden producir con mucha rapidez y en muy grandes cantidades, con unos costes reducidos. Más fáciles de fabricar, son también más sencillas de transformar. La tecnología permite tomar en consideración las eventuales mutaciones genéticas en plazos muy cortos, sin afectar verdaderamente a los procedimientos de fabricación y sin poner en peligro las cadenas de producción. Una flexibilidad y una reactividad indispensables para una enfermedad mal conocida como la Covid-19. Una baza esencial para tratar las patologías emergentes e inestables.

Una tecnología que nunca ha sido puesta a prueba

Por muy prometedor y ventajoso que resulte, este método todavía no ha demostrado su capacidad. Ninguna vacuna de ARNm había sido aprobada en humanos… antes del pasado otoño. Con independencia de los primeros resultados clínicos y fármaco-epidemiológicos, falta demostrar su eficacia en condiciones reales de utilización. El nivel y la duración de la inmunidad serán parámetros decisivos, en especial entre las poblaciones de riesgo. De acuerdo con el estado actual de conocimientos, la seguridad de las vacunas continúa siendo una incertidumbre total. A falta de un respaldo científico suficiente, resultará indispensable un seguimiento a largo plazo de los acontecimientos adversos. Primera señal positiva: no se ha registrado ningún efecto secundario grave durante las fases de ensayo ni en la vida real. En Reino Unido, el producto utilizado ha sido simplemente desaconsejado a cualquier persona con un historial de reacción alérgica importante a vacunas, medicamentos o alimentos. Otro obstáculo para su uso generalizado, las vacunas de ARNm son frágiles. Requieren una logística sofisticada para garantizar su conservación. Debido a una inestabilidad constatada con respecto al aire ambiental, algunas de estas vacunas se deberán almacenar a temperaturas muy bajas. Por lo tanto, su distribución podría resultar problemática en relación con las condiciones específicas de conservación y los costes asociados. El cumplimiento de la cadena de frío resultará imperativo para evitar su deterioro.

¡Desde las enfermedades infecciosas…

A pesar de las incertidumbres, el ARN mensajero augura la llegada de una nueva generación de vacunas, capaces de cubrir numerosas necesidades médicas no satisfechas. De acuerdo con los especialistas, esta tecnología podría facilitar la puesta a punto de nuevos métodos de administración. Enfermedades infecciosas, hepáticas, cardiovasculares, genéticas, respiratorias, … Las aplicaciones potenciales son casi infinitas. Por otra parte, se han desarrollado múltiples trabajos para mejorar el tratamiento de la insuficiencia cardíaca, la fibrosis quística, la bronquiolitis, la mononucleosis, la mucoviscidosis, o incluso el VIH. Entre los proyectos más avanzados, una vacuna contra el citomegalovirus podría entrar en su fase final a partir del próximo año. A medio plazo, la puesta a punto de una vacuna más completa contra la gripe estacional también podría ser una realidad. También se prevé el uso de una combinación con dosis periódicas de recuerdo contra la Covid-19. Una cosa es segura: la ciencia progresa de manera exponencial. Existen numerosos ejemplos. Un equipo de investigadores de la universidad de Pensilvania ha diseñado un ARN mensajero que resulta eficaz contra una cepa del virus Zika*. Una dosis muy reducida, inyectada por vía intradérmica, sería suficiente para aportar una respuesta inmunitaria potente y duradera. Tras haber sido sometida a ensayos en macacos Rhesus, actualmente existe un prototipo que se está probando en humanos.

…hasta los cánceres!

Más allá de las enfermedades infecciosas, el ARNm presenta atractivas perspectivas en oncología. Esta tecnología podría permitir que el sistema inmunitario se focalizara y destruyera genéticamente las células cancerígenas, sin fragilizar el organismo. Señal específica: la mayoría de los programas de investigación en curso tienen una orientación curativa. Algunos resultados preliminares resultan extremadamente prometedores. En los cánceres de la cabeza y del cuello, la combinación de una inmunoterapia basada en medicamentos y de una vacuna de nueva generación ha provocado una reducción tumoral en cinco de cada diez participantes en un estudio industrial de fase 1, cuyos datos intermedios se presentaron en el último congreso anual de la Society for Immunotherapy of Cancer**. En dos de los pacientes, el tumor había desaparecido completamente. Como mínimo, esta nueva clase de vacunas encarna la promesa de una medicina más precisa, más personalizada y más accesible. Si su eficacia y su inocuidad se demostraran a gran escala, los últimos obstáculos para la utilización masiva del ARN mensajero desaparecerían definitivamente. En dicho caso, el recurso a este método se podría intensificar, con importantes beneficios médicos y económicos que resultarían clave. Centrada en la innovación en salud, Candriam sigue atentamente las numerosas evoluciones en curso en un sector en plena mutación. Gracias a su comité de expertos, Candriam identificará y prestará apoyo a las tecnologías, los actores y los proyectos más relevantes.

Enfermedades pulmonares: una nueva esperanza

La tecnología no se limita únicamente a la vacunación. Investigadores del MIT han desarrollado recientemente un método de tratamiento inédito a partir de un ARN mensajero, envuelto en una sustancia protectora para evitar su degradación en el organismo.

Administrado mediante inhalaciones en forma de aerosol no invasivo, permitiría reparar las células epiteliales dañadas en los pulmones. Sometido a prueba en ratones, el procedimiento resulta menos tóxico y más eficaz que las inyecciones. Esta solución se podría recomendar próximamente para curar numerosas enfermedades pulmonares como el asma, la fibrosis quística y la bronco-neumopatía crónica obstructiva. Asimismo podría resultar eficaz para limitar los daños celulares ocasionados por el tabaco, la contaminación o los productos tóxicos.


* « Inhaled nanoformulated mRNA polyplexes for protein production in lung epithelium », Advanced Materials (enero 2019).

Oncología: un descubrimiento importante

Este descubrimiento podría suponer un giro en la investigación de un tratamiento universal contra el cáncer. Un equipo de investigadores israelíes acaba de desarrollar una tecnología dirigida capaz de destruir las células cancerígenas, sin efectos secundarios ni recaídas. Denominada CRISPR-LNPs, esta tecnología transmite un mensajero genético que codifica una enzima específica que actúa como una tijera molecular. De acuerdo con los datos publicados*, este método ha permitido mejorar de manera significativa la tasa de supervivencia global de dos tipos de cáncer muy agresivos: el cáncer metastático de ovario (+ 80 %) y el glioblastoma (+ 30 %). Sometido a pruebas en ratones, será testado en humanos en los próximos tres años. Teniendo en cuenta su potencial, esta tecnología se podría utilizar para tratar otras formas de cáncer, pero también enfermedades genéticas raras y patologías virales crónicas como el Sida.


* « CRISPR-Cas9 genome editing using targeted lipid nanoparticles for cancer therapy », Science Advances (noviembre 2020).

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