
El cambio climático es cada vez más importante para los inversores institucionales, no sólo por los cambios normativos, sino también por los riesgos que conlleva. Pero, ¿cuáles son las medidas de la huella climática de las inversiones? ¿Cómo pueden integrarse la protección del clima y la descarbonización en las carteras institucionales? Y ¿cómo se ven afectadas las características y el rendimiento de estas carteras por las consideraciones relacionadas con el clima?