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El sector inmobiliario no se limita a un único tipo de productos financieros, sino que abarca una amplia gama que incluye desde acciones cotizadas, como los REIT, hasta productos de retorno absoluto, como algunas sociedades limitadas y la propiedad directa de inmuebles.
En Europa, los bancos han sido históricamente una fuente importante de financiación para el sector inmobiliario. Sin embargo, al igual que sucedió en los mercados norteamericanos hace una década, el mercado inmobiliario comercial europeo está experimentando una expansión y busca aprovechar nuevas fuentes de financiación de deuda.
Al mismo tiempo, los bancos muestran una creciente cautela debido a los nuevos requisitos reglamentarios en materia de reservas, lo que hace que los préstamos inmobiliarios les resulten menos atractivos. Esta tendencia ha llevado a un aumento de la demanda y una reducción de la oferta en el mercado inmobiliario, lo que, según la teoría económica clásica, debería traducirse en precios más altos.
Además del aumento del rendimiento impulsado por la oferta y la demanda, los tipos de interés suelen ser más altos que en los últimos años, lo que también contribuye a un entorno más favorable para la inversión en bienes raíces comerciales. ¿Merece la pena pensarlo?