Capital natural: se necesita financiación privada
El capital natural está en el origen de todo lo que nos rodea: plantas, animales, aire, agua, suelos, minerales... Es el mayor activo de la humanidad. Sin embargo, con los actuales niveles de consumo y sin la invención y el despliegue de tecnologías revolucionarias, una gran parte de los recursos esenciales para nuestra vida actual acabarán desapareciendo por completo.
Suele haber una relación cíclica entre el capital natural y el cambio climático, que puede ser virtuosa o viciosa. El capital natural es necesario tanto para evitar la intensificación del cambio climático como para acelerar su mitigación. Por eso, nuestros planes de mitigación del cambio climático no deben centrarse únicamente en el carbono, sino tener en cuenta todos los límites del planeta.
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En los últimos años, el impulso hacia la sostenibilidad se ha centrado principalmente en la descarbonización, dejando a la biodiversidad y los ecosistemas con un enorme déficit de financiación. En 2021, el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente pidió que las inversiones en soluciones basadas en la naturaleza se triplicaran de aquí a 2030 para cumplir los objetivos de cambio climático, biodiversidad y degradación del suelo[1].
Aunque la financiación climática se distribuye entre fondos públicos y capital privado, sigue siendo mayoritariamente el sector público el que destina fondos a soluciones basadas en la naturaleza. ¿Cómo pueden los inversores privados apoyar esta transición tan necesaria? A través de sus inversiones en los mercados financieros privados y públicos, Candriam desea figurar entre los primeros impulsores de este cambio.
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[1] Fuente: Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente , State of Finance for Nature 2021 | PNUMA - Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente